jueves, 6 de diciembre de 2007

Licorerías de la UD-3 y CC-2 mal ejemplo para estudiantes de la zona








*De acuerdo a lo establecido en las ordenanzas municipales, las licorerías deben ubicarse a más de 200 metros de distancia de los centros educativos y deportivos y esto no se cumple. Trabajo realizado por estudiantes de 6to.Semestre de Comunicación Social de la Aldea Universitaria «J.A. Marquiegui», UD3
Violación de ordenanzas municipales
Cindy Oropeza
Para nadie es un secreto que los estudiantes de secundaria de la UD-3 y sus alrededores pasan gran parte de su tiempo en el boulevard de Caricuao, debido a la cercanía de sus recintos escolares a dicho lugar. Sin embargo, su estadía no es sana ya que aprovechan el momento para consumir licor, cigarrillos y demás vicios que están a su alcance. Con respecto a las licorerías, las Ordenanzas Municipales, emanadas del Concejo Metropolitano y del Municipio Libertador establecen que las mismas deben estar apartadas de los centros educativos y deportivos. Pese a esto, podemos observar como son transgredidas las normas y actualmente existen expendios de licores, en el Centro Comercial Ciudad Caricuao, frente a la Escuela de Protección Civil, y muy cerca de la U.E.N.Mireya Vanegas. Igualmente, en el Centro Comercial Dos Manos, frente al Polideportivo Luis Aparicio, existe un abastos denominado Rancho Grande, el cual es un mercado de alimentos y tiene un permiso para vender bebidas alcohólicas, que desde hace muchos años los vecinos han solicitado a la Alcaldía de Caracas que lo revoquen y no ha habido forma de que estos comerciante dejen este tipo de ventas que perjudican sobre todo a los niños y jóvenes. Como se observa en las fotos, los jugadores traen sus cavas y compran y consumen frente a este negocio, a unos pasos del polideportivo y también en la misma acera del polideportivo, delante de niños y adolescentes. En el mismo centro comercial hay un local donde se juegan caballos y se alquila para fiestas, denominado «El Rincón Familiar de Jhon´s, el cual ha sido denunciado por los vecinos de los bloques 3, 4, y 6 por los escándalos que se forman hasta altas horas de la noche, quitándole el sueño a las personas que religiosamente se deben levantar a las 5 ó 6 de la mañana a cumplir con su jornada laboral. En un costado de este negocio, hay un pequeño callejón que comunica con la plaza del sector CC2, es usado como urinario y botadero de basura y los comerciantes del citado centro comercial, no prestan ningún beneficio a la comunidad ya que son incapaces de mantener sus áreas comunes limpias. Para conocer la opinión de los más afectados, los estudiantes, entrevistamos a un alumno del liceo San Agustín, quien afirmó que las licorerías que están cerca de los recintos escolares son puntos claves para conseguir un mayor numero de ventas. Considera que no deberían hacerlo y menos por estar a pocos metros de la escuela primaria Mireya Vanegas. Comentó que los estudiantes permanecen en el boulevard porque se encuentran con amigos y que invierten ese tiempo para consumir cigarrillo y bebidas alcohólicas con mayor libertad.
Dos ópticas, un problema
José Roque García
Existen contradicciones entre los vecinos y los dueños de licorerías:
-Los dueños de estos negocios aseguran que se relacionan con la comunidad y que ésta sin su presencia reaccionaría bruscamente.
-La comunidad alega que estos negocios no cumplen con las normas de distanciamiento, con el respeto a los colegios, el polideportivo y la propia plaza recreativa cercana al centro comercial.
-Los comerciantes indicaron que la venta es muy buena y si no los han cerrado es porque cumplen con las normas locales del centro comercial y del Municipio y sí hay distanciamiento adecuado. -Para los representantes de la comunidad allí no hay cumplimiento de normas y por lo tanto la venta de licores es ilícita.-Los expendedores aseguran que ellos no le venden a menores ni a estudiantes pero si fuera del local lo hacen los que compran allí ese no es su problema, sino de la comunidad por sus costumbres y malos hábitos.
-Los vecinos contradicen esta afirmación y manifiestan que sí venden a menores, que lo han presenciado violando lo establecido en las ordenanzas municipales.
-Añaden que, los propietarios de licorerías no cumplen una labor social porque sus dueños afirman que su trabajo es comercial, ese es su perfil social y que si hay algún incidente es con los compradores directos, así como aseguraron que los vecinos no les han exigido cambios en su comportamiento.
-Ante esta forma de escurrir el bulto, los vecinos, la comunidad, agrupada en consejos comunales, actuarán con la Contraloría Social, la Prefectura y la Fiscalía para hacer valer sus derechos y que se respeten las normas tanto por los expendedores de bebidas alcohólicas como por los usuarios. La costumbre y el deseo de un nuevo orden a través del cumplimiento de la ley nos dará la oportunidad del cambio deseado, aseguraron los vecinos entrevistados.

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